Secaderos en Transición
Más del 50% de los secaderos ya reemplazaron su sistema de secanza privilegiando la salud de su gente y protegiendo el medio ambiente.
La actividad yerbatera protagoniza importantes cambios desde hace algunos años, y en ese contexto, el sector secaderos asume grandes desafíos.
Quienes acompañan la transformación identifican dos factores externos que motivaron los mayores cambios: la situación de la economía que impulsó el desarrollo de la tecnología para estacionamiento acelerado en la década del 80, y la disminución de la oferta de leña nativa. A la par, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) puso en marcha el plan de Tecnificación del Proceso de Secado, a través del cual desde el 2011 financia el equipamiento que necesitan los secaderos de yerba mate para utilizar el chip como fuente de calor, y a partir de este año el Programa de Playas Móviles para Secaderos, destinado a dar sustentabilidad y competitividad.
Son 98 plantas de secado de la zona productora (en las provincias de Misiones y Corrientes) las que solicitaron y recibirán el apoyo de la INYM. De ese total, 65 ya están funcionando con el sistema que resuelve la falta de leña, y es más amigable y eficiente en términos sociales y económicos.
La incorporación de este sistema es una bisagra en el sector, ya que se deja atrás un combustible utilizado desde los orígenes del proceso de elaboración de la yerba y aparece en momentos donde hay cada vez menos leña y a poco de entrar en vigencia la Ley provincial 106 que, en Misiones, establece, entre otras cosas, que a partir de 2015 no se use la madera de bosque nativo con esa finalidad.
Entre los primeros en utilizar este sistema figura la empresa San Miguel Sociedad Anónima, cuyo integrante Juan Manuel Benza manifestó que el cambio en el uso de fuente de calor redituó buenos resultados. “Empezamos hace más de dos años con mucho cuidado, no sabíamos si iba a funcionar o no, entonces dejamos los hornos preparados como para volver a utilizar la leña , y hasta ahora estamos muy contentos con los resultados, no tuvimos que volver a utilizar leña”, dijo.
También en Apóstoles, la firma Molimate inició el proceso de incorporación de tecnología para utilizar el chip. “Con el aporte del INYM, empezamos este año con un quemador haciendo una experiencia piloto y ante la satisfacción que significa el cambio, de pasar de leña al chip, en lo que tiene que ver con el rendimiento, el manejo del material, el valor energetico, la diferencia de calidad en el sapeco, es que ya analizamos solicitar otro quemador para el sapecador”, indicó Gerardo López, representante de esa industria.
En Puerto Esperanza, la firma El Pindó, con más de 50 años en la actividad yerbatera, inició el proceso de reemplazo de leña por chip hace tres años. “Estamos consumiendo corteza y chip mezclado, la corteza es mucho más barata y además notamos que hay una caída de consumo, o sea consumimos menos chip que leña para hacer la misma tarea. En cuanto a costos, venimos con números ventajosos”, compartió Alejandro Nahirñak. “Hoy todo el sistema del secado de yerba mate es con el uso de chip y cortezas. Tenemos dos sapecadoras con chip, pre secado a cinta con chip y la cinta de secado con chip”, ilustró.
Desafíos
El reemplazo de la tradicional fuente de energía, la leña de monte, no es el único desafío al que se enfrenta el sector secadero.
Sergio Delapierre hizo notar que otro problema que se está avizorando es la disponibilidad de chip.
“Hay zonas donde ya hay problema de abastecimiento de chip, y eso va a obligar a seguir plantando árboles y a organizarnos, onformar cooperativas o consorcios que se dediquen a acopiar el raleo perdido de los bosques implantado, chiperarlo y ofrecerlo a los secaderos”, advirtió el dirigente. “Estamos hablando de un nuevo sector que surgiría; así como existe el leñero que iba a los capuerones y sacaba la madera que sobraba de los montes, ahora habrá que buscar los restos de los aserraderos y hacer el flete hasta lo secaderos”, agregó.
Delapierre ponderó la necesidad de incorporar nuevas tecnología para hacer más eficiente el trabajo en secaderos pero también para asegurar la calidad de la materia prima.
“Los secaderos tenemos que esmerarnos cada vez más en el proceso de elaboración del producto”, expresó, al tiempo que recordó que “por costumbre se trataba la hoja verde de un modo muy rudimentario y actualmente los estándares de calidad de la industria obligan cada vez más a los secaderos a adecuarse en cuestiones de higiene y limpieza”.
En la zona productora (Misiones y norte de Corrientes) hay 210 secaderos “que dan trabajo a unas 5.000 personas, lo que demuestra que es importantísima la participación de mano de obra en los secaderos, un porcentaje muy alto con respecto a otras actividades que estan altamente mecanizadas”.
Quienes acompañan la transformación identifican dos factores externos que motivaron los mayores cambios: la situación de la economía que impulsó el desarrollo de la tecnología para estacionamiento acelerado en la década del 80, y la disminución de la oferta de leña nativa. A la par, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) puso en marcha el plan de Tecnificación del Proceso de Secado, a través del cual desde el 2011 financia el equipamiento que necesitan los secaderos de yerba mate para utilizar el chip como fuente de calor, y a partir de este año el Programa de Playas Móviles para Secaderos, destinado a dar sustentabilidad y competitividad.
“Actualmente, y luego de dos años de iniciado el apoyo del INYM, al menos el 50 por ciento de los secaderos están utilizando tecnología, en algún punto del secado, que permite usar chip en reemplazo de la leña”, dijo Sergio Delapierre, representante del sector Secaderos en el Directorio del Instituto, en referencia al plan de Tecnificación del Proceso de Secado.
Son 98 plantas de secado de la zona productora (en las provincias de Misiones y Corrientes) las que solicitaron y recibirán el apoyo de la INYM. De ese total, 65 ya están funcionando con el sistema que resuelve la falta de leña, y es más amigable y eficiente en términos sociales y económicos.
La incorporación de este sistema es una bisagra en el sector, ya que se deja atrás un combustible utilizado desde los orígenes del proceso de elaboración de la yerba y aparece en momentos donde hay cada vez menos leña y a poco de entrar en vigencia la Ley provincial 106 que, en Misiones, establece, entre otras cosas, que a partir de 2015 no se use la madera de bosque nativo con esa finalidad.
Entre los primeros en utilizar este sistema figura la empresa San Miguel Sociedad Anónima, cuyo integrante Juan Manuel Benza manifestó que el cambio en el uso de fuente de calor redituó buenos resultados. “Empezamos hace más de dos años con mucho cuidado, no sabíamos si iba a funcionar o no, entonces dejamos los hornos preparados como para volver a utilizar la leña , y hasta ahora estamos muy contentos con los resultados, no tuvimos que volver a utilizar leña”, dijo.
También en Apóstoles, la firma Molimate inició el proceso de incorporación de tecnología para utilizar el chip. “Con el aporte del INYM, empezamos este año con un quemador haciendo una experiencia piloto y ante la satisfacción que significa el cambio, de pasar de leña al chip, en lo que tiene que ver con el rendimiento, el manejo del material, el valor energetico, la diferencia de calidad en el sapeco, es que ya analizamos solicitar otro quemador para el sapecador”, indicó Gerardo López, representante de esa industria.
En Puerto Esperanza, la firma El Pindó, con más de 50 años en la actividad yerbatera, inició el proceso de reemplazo de leña por chip hace tres años. “Estamos consumiendo corteza y chip mezclado, la corteza es mucho más barata y además notamos que hay una caída de consumo, o sea consumimos menos chip que leña para hacer la misma tarea. En cuanto a costos, venimos con números ventajosos”, compartió Alejandro Nahirñak. “Hoy todo el sistema del secado de yerba mate es con el uso de chip y cortezas. Tenemos dos sapecadoras con chip, pre secado a cinta con chip y la cinta de secado con chip”, ilustró.
Desafíos
El reemplazo de la tradicional fuente de energía, la leña de monte, no es el único desafío al que se enfrenta el sector secadero.
Sergio Delapierre hizo notar que otro problema que se está avizorando es la disponibilidad de chip.
“Hay zonas donde ya hay problema de abastecimiento de chip, y eso va a obligar a seguir plantando árboles y a organizarnos, onformar cooperativas o consorcios que se dediquen a acopiar el raleo perdido de los bosques implantado, chiperarlo y ofrecerlo a los secaderos”, advirtió el dirigente. “Estamos hablando de un nuevo sector que surgiría; así como existe el leñero que iba a los capuerones y sacaba la madera que sobraba de los montes, ahora habrá que buscar los restos de los aserraderos y hacer el flete hasta lo secaderos”, agregó.
Delapierre ponderó la necesidad de incorporar nuevas tecnología para hacer más eficiente el trabajo en secaderos pero también para asegurar la calidad de la materia prima.
“Los secaderos tenemos que esmerarnos cada vez más en el proceso de elaboración del producto”, expresó, al tiempo que recordó que “por costumbre se trataba la hoja verde de un modo muy rudimentario y actualmente los estándares de calidad de la industria obligan cada vez más a los secaderos a adecuarse en cuestiones de higiene y limpieza”.
En la zona productora (Misiones y norte de Corrientes) hay 210 secaderos “que dan trabajo a unas 5.000 personas, lo que demuestra que es importantísima la participación de mano de obra en los secaderos, un porcentaje muy alto con respecto a otras actividades que estan altamente mecanizadas”.