Carolina, becada por el INYM, hoy ingeniera química dedicada al sector yerbatero
Los beneficios de las becas que el Instituto otorga a hijos de trabajadores del sector, ya se evidencian en la zona productora.
Los beneficios de las becas que el Instituto otorga a hijos de trabajadores del sector, ya se evidencian en la zona productora (Misiones y Corrientes) a través de profesionales formados con apoyo de este beneficio.
Es el caso Carolina Alegre, ingeniera química egresada de la Universidad Nacional de Misiones (UNAM), con trabajos científicos realizados sobre yerba mate y actualmente desempeñándose como Responsable de Calidad en la Cooperativa Agrícola de la Colonia Liebig.
Carolina representa cabalmente la naturaleza, la finalidad, de las becas que otorga el INYM: inclusión, continuidad educativa en el tiempo y formación académica y científica volcada al sector yerbatero.
Oriunda de la zona productora e hija de un trabajador de secadero, su vínculo con la tierra colorada y la yerba mate estuvo desde siempre pero se afianzó a partir de los 5 años de edad, cuando su papá Eugenio fue designado como responsable en un secadero.
Tenía 5 años cuando a papá le dan el puesto de encargado en el secadero que está en el paraje Cuatro Bocas. Nos fuimos a vivir a ese lugar con mi mamá Lucía, y mis dos hermanas Ana y Luciana. La casa estaba muy cerca del secadero; podría decir que nuestro patio era el acopio de hoja verde. Así que todos los recuerdos que tengo de esa infancia son de estar rodeada de yerba mate”, recuerda Carolina.
A modo de retrato de cómo se fue forjando el camino, Carolina relata que cursó la escuela primaria, hasta 5° grado, “en la zona rural, a 4 kilómetros de mi casa, y la secundaria en Apóstoles, a 20 kilómetros. Había muchas dificultades con el transporte; para llegar al colegio, el camino se hacía en tres tramos: mi papá nos llevaba hasta la casa de un señor, ese señor nos traía hasta Liebig y ahí nos tomábamos un colectivo… incluso cuando llovía y el camino estaba feo, mi papá nos trasladaba en un tractor. Lo mismo si había actividades a la tarde... siempre con la idea de que el estudio era lo más importante”, expresa Carolina.
En línea con esa descripción, la ahora Ingeniera Química tiene aún muy presente una premisa de sus padres: “Siempre me acuerdo el esfuerzo que hicieron para que podamos estudiar en mi casa; siempre buscaron darnos, dentro de sus posibilidades, la mejor educación. Recuerdo muy bien que nos decían que lo único que nos iban a dejar era el título universitario”.
Se recibió en el 2016 en la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la UNAM. Los últimos años universitarios (2015 y 2016) los cursó con la beca del INYM, y también en este tiempo, a partir de la mitad de la carrera, realizó investigaciones junto a los destacados científicos Miguel Schmalko, Ana Thea y Santiago Holowaty, todos de reconocida trayectoria en el rubro de yerba mate. En ese marco, la joven participó en los estudios “Perfil térmico del agua caliente durante el consumo del mate” e “Influencia de la cantidad de yerba y la temperatura del agua sobre las preferencias del consumidor de mate caliente”, que determinaron cual es la temperatura ideal para consumir la infusión.
También encabezó las investigaciones de “Evaluación sensorial de yerba mate elaborada con métodos alternativos”; “Procesamiento alternativo de yerba mate: evaluación sensorial con consumidores habituales de mate”; “Efecto de métodos alternativos de procesamiento sobre la calidad de yerba mate”; “Cinética de secado de yerba mate con diferentes pre tratamientos”; “Influencia de distintos tipos de zapecado en las propiedades fisicoquímicas de la yerba mate” y “Procesamiento alternativo de yerba mate: diferencias fisicoquímicas en el zapecado con agua y con chip”.
Agradecida, Carolina pone en valor el apoyo que recibió de los científicos y la experiencia que adquirió en la UNAM. “Trabajé y aprendí con el ingeniero Schmalko; despacito me fui incorporando a los proyectos que tenía en laboratorio y establecí contacto con un grupo humano excelente: nosotros participábamos de las investigaciones y ellos siempre atentos a que no descuidemos nuestros estudios, incentivándonos, poniéndonos esa semillita de hacer trabajos y actividades que después se puedan volcar al sector”, expresó.
“De una u otra manera mi vida siempre estuvo ligada a la yerba mate”, dice hoy ya como Responsable de Calidad en la Cooperativa. “Mis padres, los dos, siempre fueron personas muy comprometidas con su trabajo y principalmente mi papá, quien estuvo 43 años en la entidad, fue un fanático de lo que hacía, y eso nos transmitió; recuerdo que desde que estuve en la Facultad y tuve la posibilidad de formarme, siempre me incliné por temas relacionados a yerba mate”, agrega.
Feliz con el lugar que ocupa en la entidad cooperativa, deja abierta la posibilidad de dedicar más tiempo a investigaciones científicas que aporten a mejorar el sector yerbatero. “Es sumamente importante multiplicar el vínculo entre los jóvenes profesionales, la Universidad y la actividad, y para mí muy gratificante el ámbito de investigaciones, hay mucho para hacer, mucho para mejorar y volcar a la zona productora de yerba mate”, evalúa la flamante ingeniera química, mientras cursa la Maestría en Tecnología de los Alimentos en la UNAM.
En 2020, un total de 42 becas universitarias
Las becas secundarias y universitarias son otorgadas por el INYM con el objetivo de facilitar la inclusión y la permanencia de los jóvenes en las instituciones educativas, estimulando inquietud y conocimientos en beneficio del sector yerbatero.
Son aportes anuales y contemplan como requisito a cada estudiante la incorporación de un proyecto de investigación relacionado con la yerba mate debidamente acreditado en el establecimiento donde estudie.
En este 2020, el INYM asignó becas a 42 universitarios.
De ese total, 12 corresponden a estudiantes de las carreras de Bioquímica, Ingeniería Química, Ingeniería en Alimentos, Farmacia y Licenciatura en Genética de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la UNAM; 18 a alumnos de Ingeniería Agronómica y Agronomía de la Facultad de Ciencias Forestales de la UNAM; 6 para Ingeniería Industrial, Ingeniería Electromecánica y Licenciatura en Higiene y Seguridad en el Trabajo de la Facultad de Ingeniería de la UNAM; 4 para jóvenes que cursan Ingeniería Agronómica y Agronomía de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Nordeste ; 1 para un estudiante de la Licenciatura en Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, y 1 para un alumno de la Licenciatura en Biotecnología en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario.