El Señor Otto Bemberg
Don Otto vislumbró un poderoso futuro para la yerba mate y apostó a la tierra colorada.
Hace aproximadamente diez años, el señor Otto Bemberg resolvió, a titulo de ensayo para la futura radiación de capitales, efectuar una plantación de yerba mate en el territorio de Misiones, en su campo denominado San Juan, ubicado en el departamento Candelaria y a poco más de cuarenta kilómetros de Posadas.
Ocurría esto en 1919 y precisamente en la época en que la industria yerbatera argentina constituía una verdadera nebulosa en materia económica y cuando aún, pese a las plantaciones que por entonces ya se hallaban arraigadas en este territorio, no se podía vislumbrar el inmenso porvenir que esta industria absolutamente nueva depararía a Misiones en particular y a la Nación entera en general por el significado doblemente ponderable bajo el punto de vista patriótico: impulsar una industria esencialmente nueva y atender, en el futuro, a independizar al país del fuerte tributo que pagamos anualmente al extranjero por concepto de importación de yerba mate.
Pablo Allain, iniciador de cultivo de la yerba mate
La elección del hombre capaz de llevar una empresa de esa naturaleza a buen término, tanto bajo la faz técnica como financiera y cuya resultante tuviera el valor de una experimentación concluyente, no pudo haber sido más acertada al poner al frente al señor Pablo Allain, verdadero iniciador de los cultivos de yerba mate en la Argentina y a quien se le debe, en consecuencia, el comienzo de lo que hace más de 25 años se dio en llamar “la utopía del cultivo de la yerba mate” y “los derroches de un millonario”, aludiendo esta última frase al hecho de que el seños Julio Martín, de Rosario, facilitara el capital necesario para una empresa de tanta aventura entonces, pero de cuyos brillantes resultados ambos pueden estar orgullosos.
El potencial de la yerba
Las primeras plantaciones en el Establecimiento San Juan se efectúan en el año 1920, completándose en el siguiente. Tres años más tarde, los resultados económicos del primer grupo de plantas permiten al señor Bemberg vislumbrar el porvenir que le espera a la industria yerbatera nacional. Es así que no pudiendo reunir en su citado establecimiento una superficie de varios miles de hectáreas en un solo block, resuelve adquirir una gran superficie en las proximidades de Puerto Segundo, sobre el Alto Paraná, donde poder formar el gran establecimiento que su extraordinario poder financiero le permite y que hoy representa no ya una simple concepción sino una realidad tangible, una explotación yerbatera moderna destinada a contribuir con su futura producción a un elevado porcentaje del consumo nacional.
Es indudable que para una firma como la del señor Otto Bemberg, que representa posiblemente la potencia financiera más grande y más sólida de la República, con inmensos capitales distribuidos en las industrias más variadas del país, los resultados que pueden ofrecerle la industria yerbatera con las dificultades que pesan actualmente sobre ella por falta de protección del Estado, no pueden ser halagadores , pero su ilimitada confianza le hace tener esperanza en el porvenir de la yerba mate, pues nuestro gobierno no podrá mantenerse por mucho tiempo, lógicamente, alejado de la preocupación que debe merecerle al adecuada defensa de nuestra industria.
Del Establecimiento San Juan pequeño en relación con el que la misma firma posee en Puerto Bemberg y que también dirige el señor Allain, dan una idea las fotografías que ilustran nuestras páginas centrales.
Fuente: Texto publicado en Revista Yerbatera N 8, de la Asociación Argentina de Plantadores de Yerba Mate en el mes de julio de 1929.