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En la zona productora

El INYM promueve curvas de nivel para garantizar la conservación del suelo y productividad en el yerbal

21/01/21
Producción sustentable
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Con un régimen de precipitaciones superior a los mil milímetros anuales y pendientes que superan el 3 por ciento, la técnica se impone para garantizar la presencia de agua y la fertilidad del suelo.

Gran parte del éxito de un cultivo depende de la fertilidad del suelo y la disponibilidad de agua.
Por eso el INYM impulsa, a través del Servicio de Extensión Yerbatero, las curvas de nivel, una técnica agronómica de sistematización de suelo que permite implantar la yerba mate en hileras que cortan la pendiente, esto es: trazando los líneos perpendicularmente al sentido de la pendiente, de un extremo a otro, pero manteniéndolos a la misma altura. De esta forma, se impide que el suelo sea arrastrado por el agua de escorrentía y además se disminuye la velocidad de la misma, haciendo que se distribuya sobre toda la superficie y penetre en el suelo, aumentando su disponibilidad para las plantas de yerba mate.


Con un régimen de precipitaciones superior a los mil milímetros anuales y pendientes que superan el 3 por ciento, “en esta región las curvas de nivel son absolutamente necesarias si lo que queremos es garantizar la presencia de agua, la fertilidad del suelo y el rendimiento de los cultivos”, explicó Gustavo Baungratz, quien forma parte del Servicio de Extensión Yerbatero del INYM y brinda asesoramiento a productores del norte de Misiones.

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Es precisamente eso lo que hace el agricultor Damián Lehnen, en la chacra que tiene en Puerto Rico, donde el año pasado, con el asesoramiento de Baungratz, sumó 2,5 hectáreas de yerba mate a las 11 hectáreas ya existentes. “Con este productor venimos trabajando juntos hace cuatro años. Inicialmente el promedio de cosecha era de 2850 kilos de hoja verde por hectárea y hoy, después prácticas como poda de formación y fertilización, llega a un rendimiento de 6.250 kilos”, contó Baumgratz .


Este productor comenzó a plantar en curvas de nivel a través del Programa de Renovación de Viejos Yerbales del INYM. “Luego replicó esta técnica en el cultivo de mandioca y ahora nuevamente en yerba mate”, señaló el técnico.


Con curvas de nivel, las tareas de mantención del yerbal, cuando se encuentra en plena producción, son más efectivas. “Por ejemplo, cuando realizamos un subsolado, que es aflojamiento de suelo en profundidad, garantizamos que el agua de lluvia se infiltre y quede disponible para la planta”, dijo Baungratz.


Taipas


Junto a las curvas de nivel, también son importantes los canales de desagüe, lo que se conoce como terrazas o taipas. “Cuando tenemos estructura de suelo débil, con gránulos y bloques que se desarman, las partículas más finas de suelo sellan la superficie y el agua no ingresa. Entonces como primera medida siempre debemos trabajar sobre la estructura del suelo para garantizar la infiltración y el agua que no llega a infiltrar, el de escorrentía, habrá que desagotar de una forma controlada, con terrazas o taipas”, detalló Baungratz.


En eso están el productor Valderino Henschel y el técnico del INYM Diego Quintana, en Andresito.


Henschel viene implementando las curvas de nivel. En 35 hectáreas agrícolas ubicadas sobre la ruta 101, la yerba mate es el principal producto: se levanta en 10 hectáreas, la mayoría plantada hace 20 años, con un rendimiento de 4000 kilos de hoja verde por hectárea, y ahora prevé plantar 1,5 hectáreas.


La nueva plantación de yerba mate “se hará en curvas de nivel, con taipas; luego habrá que realizar algún tipo de cubierta de invierno y preparar abono orgánico para el momento de la plantación”, explicó el técnico Quintana.


La de Valderino Henschel es una chacra diversificada, y tras una evaluación en conjunto entre el técnico y el productor, surge además como importante realizar trabajos que contribuyan a “frenar la erosión en los caminos y recuperar las parcelas degradadas con la implementación de cubiertas verdes en el yerbal”, indicó Quintana.


Planificación, primer paso


Tenemos que tener el hábito de planificar antes de pasar a la acción de plantar”, destacó el técnico del INYM, Alejandro Giménez, quien brinda servicios en Apóstoles. De lo contrario, recalcó, “el efecto de los procesos erosivos se reflejará en la baja productividad de la yerba a lo largo de su vida”.


Así, antes de iniciar el cultivo de yerba mate, “los puntos a tener en cuenta son la ubicación del lote, el tipo de suelo y factores que pueden provocar procesos degradativos, como ser la pendiente y la susceptibilidad del suelo a la erosión, que puede intensificarse por la acción de las labranzas”.


Después de haber recorrido el lote y siempre que presente riesgo de erosión, se recomienda realizar cultivos en curvas de nivel, camellones y terrazas que ayuden a la protección del suelo.


Esa tarea es la que se está llevando a cabo en la chacra de Adriana Karina Pedrozo, Esta productora heredó la chacra de 50 hectáreas ubicada en paraje La Capilla, San Isidro, Apóstoles, con 8 hectáreas de yerba mate, de las cuales dos fueron plantadas recientemente y las demás, hace más de 30 años, lo que explica el bajo rendimiento en kilos de hojas cosechadas anualmente. Este año decidió ampliar la superficie yerbatera incorporando 8 hectáreas con plantines policlonal y siguiendo las recomendaciones del técnico del INYM, porque lo que quiere es asegurar la productividad en el tiempo.


Esta productora es relativamente nueva, buscó asesoramiento y nosotros lo que hicimos fue visitar y evaluar las condiciones del suelo, tanto del yerbal viejo como del lugar donde prevé plantar, y vimos claramente la necesidad de hacer las curvas de nivel para evitar el proceso erosivo del suelo rojo”, contó Giménez.

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