La norma fue publicada en el Boletín Oficial de la Nación ayer 22 de noviembre de 2018, y en sus considerando se menciona que “el INYM solicitó ante la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL) la incorporación, en el Código Alimentario Argentino (CAA), de los criterios microbiológicos en la yerba mate elaborada, utilizando como metodología de análisis la propuesta por el comité de expertos de la mencionada Comisión en el año 2013”,

En ese contexto la institución yerbatera presentó el informe técnico pertinente, el que fue evaluado técnica y jurídicamente, sometido a consulta pública y aceptado, considerándose “oportuna la mencionada incorporación actualizando las metodologías utilizadas”.

Por esa razón, la Secretaría de Regulación y Gestión Sanitaria y Secretaria de Alimentos y Bioeconomía resolvieron “incorporar el Artículo 1195 tris al Capítulo XV Productos Estimulantes o Fruitivos del Código Alimentario Argentino”, determinándose las especificaciones microbiológicas que debe cumplir la yerba mate elaborada.

El cumplimiento de lo establecido en el Código Alimentario Argentino debe ser corroborado por las áreas de Bromatología de cada provincia.

 Calidad y confiabilidad

Son varias las acciones que desde el INYM se vienen implementando para brindar mayor calidad y confiabilidad al consumo de yerba mate.

A principio de este año, tras gestiones de la Institución y de los Ministerios del Agro de Misiones y de la Producción de Corrientes, entró en vigencia un nuevo método para analizar el contenido de polvo en la yerba mate, el Método de Determinación de Fibra Bruta, y en paralelo el INYM donó al Ministerio de Salud Pública misionero -que es la autoridad de aplicación de las normas bromatológicas- un equipamiento de avanzada que permite identificar hoja y palo en el polvo del producto.

Además, el INYM y el Ministerio de Salud Pública de Misiones firmaron un convenio que establece tareas orientadas al fortalecimiento y mejoras en diversos sectores de la actividad yerbatera, entre las que se destacan las acciones de fiscalización y estudios de laboratorio, la obligatoriedad de presentación de manuales de buenas prácticas de manufactura (BPM) por parte de los establecimientos yerbateros y la incorporación al Código Alimentario Argentino de nuevos productos como la “yerba mate para tereré” y “yerba con bajo contenido de polvo”.