“El secreto es comenzar despacio y cebar al costadito de la bombilla, y luego seguir cebando ahí”, explicó este fiel matero, quien sabe muy bien que no mojar toda la yerba es clave para mantener un mate de sabor e intensidad constante durante toda la ronda. El concurso fue organizado por el Museo de la Yerba Mate, que está ubicado en el balneario Reta (Buenos Aires) e integra la Asociación Ruta de la Yerba Mate.

Horacio comentó que suele ser el “cebador designado” en las mateadas familiares o con los amigos, donde la preferencia es el mate amargo, preparado con yerba mate con palo.

Como reza el dicho popular, la vida siempre da revanchas y este concurso fue la oportunidad que tuvo Horacio para consagrarse, ya que en el concurso de cebadores de la Fiesta Nacional del Mate había quedado en segundo lugar. “Estuve en Paraná, Entre Ríos, y obtuve el segundo premio y ahora se dio la revancha logré el primer premio”, finalizó emocionado.