Interplantación y cubiertas verdes en los yerbales
El Instituto brinda asesoramiento técnico, plantines de yerba mate, semillas de cubiertas verdes y herramientas para aumentar la cantidad de plantas y hojas por hectárea, y con ello un mayor rendimiento en las cosechas.
Lo hace a través de los técnicos del Servicio de Extensión Yerbatero con presencia directa de los profesionales en las chacras y trabajo en conjunto con los productores.
Los beneficios de la interplantación
Con la interplantación “se aprovechan espacios actualmente improductivos y se mejoran los rendimientos por hectárea, ya que aumenta la cantidad de plantas en la superficie del yerbal”, dijo el Ing. Agr. Mara Schedler, del Servicio de Extensión Yerbatero del INYM, tras entregar plantines y semillas de especies invernales (nabo forrajero, cebadilla criolla, avena negra, colza, reygrass y vicia) para cubiertas de suelo, algunas de resiembra natural, a productores de Jardín América y Dos de Mayo.
Además de esas acciones, la asistencia de la Institución se canaliza con herramientas como el subsolador y púas, necesarios para mejorar las condiciones físicas del suelo y promover a que tanto las nuevas plantas de yerba como las cubiertas verdes crezcan sin dificultades.
“La entrega de semillas de cubiertas verdes tienen como objetivo la instalación de semilleros, en este caso de tres especies de resiembra natural que son nabo forrajero, reygrass y cebadilla; entonces una vez que las especies culminan sus ciclos y logran semillar, para el año siguiente naturalmente deberían comenzar a germinar y cubrir el suelo”, enfatizó Schedler.
Los Froelich, en Ruiz de Montoya
En Ruiz de Montoya, Mateo Froelich y su hijo Diego tienen 6 hectáreas de yerba mate, con un rendimiento de 8.500 kilos de hoja verde por hectárea, logrando un total de 52 mil kilos por cosecha anual.
Este productor fue distinguido por el INYM por aplicar prácticas de manejo en plantas y suelo que permiten la sustentabilidad del cultivo. El yerbal tiene plantas de 20 años de edad y otras de interplantación de hace 4 años. En diálogo con el Ing. Agr. Gustavo Baumgratz, del Servicio de Extensión Yerbatero, los productores contaron los trabajos que realizan con el apoyo del INYM para lograr una buena productividad.
El subsolado para interplantación, explicaron, “hay que hacer en febrero – marzo cuando las ramas de la yerba mate tienen su última brotación; entonces lo que hacemos con el subsolado es mejorar las condiciones del suelo y permitir la colonización de nuevas raíces”.
“Es un laboreo vertical de profundidad variable dependiendo de la localización de la capa compactada en el suelo, y es necesario hacerlo para que las raíces de la planta puedan pasar y absorber el agua que queda almacenada abajo”, detallaron. A mediados de abril, “de acuerdo a las condiciones del tiempo, es el momento de comenzar a plantar la yerba”.
¿Cuál es la ventaja de la interplantación? “Cuando la copa de yerba se cierra, el suelo tiene más sombra y se evita el daño que provoca la lluvia y el sol en forma directa, y además en poco tiempo tenemos una nueva plantación, más hojas para cosechar”.
Mateo Froelich fue contundente al afirmar que “hay que dejar la rastra y el tractor afuera del yerbal” si lo que se quiere es tener una buena productividad. “Hace 15 años no entramos más con tractor y rastra, solamente hacemos un subsolado de una reja de seis centímetros con un tractor angostito para depósito de agua en el medio”, destacó.
En este yerbal, el suelo está cubierto durante todo el año. “En invierno tenemos reygrass que cubre la tierra hasta diciembre; se seca, cae y sigue cubriendo el suelo; en verano, lo recomendable es el poroto sable, que larga chaucha y semilla hasta que aparecen las primeras heladas y otro que funciona bien es el poroto caupi, aunque en este caso que cada 20 o 30 días hay que tirarlo hacia el centro porque sube a las plantas de yerba”, indicaron.
La experiencia de Steffens
Sergio Steffens, vecino de los Froelich en Ruiz de Montoya, también recomienda la interplantación y las cubiertas verdes, actividades que realiza con el acompañamiento del técnico del INYM, el Ing. Agr. Gustavo Baumgratz.
“Con la interplantación logramos aumentar el número de plantas en una parcela que tiene 3,50 metros entre líneos y 2 metros entre plantas; de esta manera aumentamos la cantidad de hoja verde, y el rendimiento de la cosecha; a la par, con más hojas de yerba, se reduce la presencia de malezas en el suelo”, contó, al tiempo que señaló que “a los dos años de la interplantación comienza la poda de formación y en los años posteriores, la cosecha”.
Steffens sembró reygrass como cubierta verde de invierno. “Es una especie que se resiembra sola, sin mayores problemas, únicamente hay que trabajar un poco en la limpieza, con machete o motoguadaña para mantener bajo los yuyos y para que la cubierta crezca bien”, dijo. “De esa manera, además de lograr fertilidad, se evita la erosión, se disminuye la aparición de malezas, y se evita el daño que provoca el sol directo”, agregó.